El sábado, despues de comer en un mercado a donde vienen muchos gringos a disfrutar comida mexicana, mariachis y artesanías estabamos mi esposa y yo pensando en que deberíamos aprovechar nuestro primer "fin de semana largo" oficial.

Su primera propuesta era como siempre:
"Vamonos a Delicias!" (Descartada, apenas regresamos hace una semana y como que no salir siempre al mismo lugar)

Despues de meditarlo un rato se me ocurre:
-Yo no conozco Paquimé!
-Y esta lejos? (Pregunta ella con cierto interes)
-Pos como a unas tres horas de aquí segun tengo entendido
-Andale pues! vamonos por un cambio de ropa, unas cervezas y vamonos a conocer!!

En casa, mientras ella preparaba la ropa yo buscaba telefonos de hoteles en la sección amarilla y despues le dejé comida y agua a Rosco para un día completo.

subimos la pequeña maleta, las cervezas, cambiamos el aceite al auto y juyamonos!

Eran las 6 cuando ya habíamos agarrado la carretera a Casas Grandes que queda hacia el Oeste, a esa hora el sol ya se había ocultado detras de los cerros y aunque todavía iluminaba el horizonte ya no molestaba a la vista.

Mas allá de los 100 kilometros pasamos por el entronque a Palomas donde hay muchos vendedores de "gorditas" y unos 40 minutos despues ya estabamos llegando a Ascención, un pueblito polvoriento simpatico, que tardamos para cruzar pues parece que todo mundo se va a dar la vuelta a la calle principal que resulta ser por donde se cruza el pueblo.

Tambien pasamos por Janos y de allí hacia el sur, a poquito mas de 60 kilometros llegamos a Nuevo Casas Grandes, me sentí como dentro de una canción cuando llegué al hotel donde me hospedaría "Hotel California" jejejeje, nos registramos y nos fuimos a cenar unos tacos de carne asada y al pastor en tortilla de harina.

Regresamos a ver la tele un ratito y a dormir.

Al día siguiente tempranito, despues de desayunar en un restaurancito que queda por la calle 5 de mayo unos huevitos con chorizo tomamos rumbo a Casas Grandes que es un pueblito pintorezco con un templo pequeño frente a la plaza y callesitas angostitas.

Allí, a las afueras del pueblo encontramos el "museo de las culturas del norte" en donde no permiten la entrada con camaras fotográficas o de video y hay que dejarlas a la entrada, así que tuve que echar mano de la camarita del celular jeje.

Uno se da idea sobre la historia de los primeros asentamientos indigenas del norte del continente, que se supone cruzaron por el estrecho de Bering, como se fueron diseminando hacia el sur de America y poblando estos aridos rumbos.

Luego nos fuimos a dar una vuelta a conocer las ruinas de lo que fué el pueblo de Paquimé, que esta a las afueras del museo, se ven muros de barro con puertas diminutas y que conducen a habitaciones tambien muy pequeñas.

Era algo parecido a los multifamiliares de ahora, pues se ven creo que 6 alas de edificios en los cuales hay muchas habitaciones intercomunicadas.






No tienen techo, al parecer una sequía comenzó a mermar el florecimiento de este lugar, entonces muchos de los habitantes comenzaron a emigrar a zonas donde hubiera un mejor modo de vida, los pocos habitantes que quedaron fueron despues invadidos por enemigos quienes los mataron e incendiaron sus viviendas, los techos de estos edificios colapsaron y cayeron quemando y aplastando a quienes aun quedaban dentro.

Aun con las ruinas puede uno darse cuenta de que los paquimenses fueron buenos arquitectos, pues poseían un sistema canales y estanques para proveer agua a la población, además uno no se explica como podían hacer construcciones tan bien elaboradas a base de solo barro.

Se maravilla uno al caminar trasladandose al pasado, imaginando o mas bien, teniendo la certeza de que hace cientos de años ese fue un lugar lleno de vida, donde se celebraron juegos de pelota, rituales y ceremonias, funerales, batallas y que en aquel entonces igual que ahora, el trabajo podía transformar el mundo.