(Primera parte... y ultima)

Los filtros:
Boquilla es un pueblito que se encuentra cerca de Camargo y donde hay una presa del mismo nombre, presa La Boquilla que se llena con el río Conchos y algunos arroyos. El río Conchos sigue su cauce donde la cortina de la presa deja correr un poco de agua y un poco mas delante se forma otra pequeña presa llamada "Lago Colina".

Entre la cortina de la presa y el lago, de entre los cerros se escurre agua de la presa, como manantiales, esos escurrimientos de agua forman pequeños caudales de agua tibia, arroyitos, y a sus orillas se han ido creando balnearios, a esta zona es a lo que se le conoce como "Los Filtros".

Visto desde google earth se nota lo desertico de los alrededores, tierras aridas interrumpidas por agradable vegetación en los margenes del río, es donde se nota lo importante que es tener un poco de agua acá en el norte.

Anduvimos en los filtros los primeros días de las vacaciones, el novio de mi cuñada menor, o mas bien, el papá del novio de mi cuñada, tiene una cabaña en "Los filtros", tiene dos recamaras, cocina, sala, comedor y baño, una pequeña explanada de donde surge un caminito de piedra de unos 20 mts que conduce a la alberca rodeada de enormes alamos y que a un lado tiene un canalito y un asador. Todo alrededor es balnearios y nosotros teníamos nuestro propio pequeño balneario privado solo para la familia.

Llegamos a medio día, disfrutamos del lugar y comenzamos a llenar la alberca de inmediato, hicimos una "discada" y nos echamos unas cervecitas cobijados por la refrescante sombra de los árboles. Ya por la tarde, D... y yo fuimos a Boquilla, el próposito era comprar una botella de tequila para en la noche hacer una fogata y echarnos unos tragos. No encontramos tequila, allí solo venden cerveza, pero lo que si encontramos es que en Boquilla había una cabalgata.

El centro del pequeño pueblo estaba repleto de jovenes a caballo, paseando guapas jovencitas, niños guapos con sus botas y sombrero luciendose a caballo frente a las niñas que los miraban desde la plaza, en un templete frente a la comandancia había aficionados cantando y algunos intentando cantar, el caso es que era un ambiente de fiesta total.

Para regresar a la cabaña teníamos que atravezar de nuevo el centro, pero debido al congestionamiento equino los agentes de transito nos desviaron algunas cuadras. Ya casi salímos del pueblo cuando un jovencito parece que atoró el estribo de su montura con el alerón de mi toyotita, resultado: El alerón se rompió y se desprendió de la parte trasera de nuestro toyotita corolla que apenas ha llegado a su segundo servicio en la agencia y el jinete de inmediato se perdió entre la multitud de personas a caballo. ¿Quien fué? Quien sabe!!

De la frustración que sentía al no poder hacer nada, no se me ocurrió ni tomarle una foto al carro para por lo menos ahora mostrarla como evidencia de la anéctoda que ahora les estoy contando.

Con un pedazo de soga que traía en la cajuela amarré el alerón y nos regresamos a la cabañita, donde había dejado mi caja de herramientas y ya estando allí terminé de quitar la parte rota y la guardé en la cajuela.

Disfruté el resto de la estancia en los filtros, no hicimos la fogata porque llovió por la noche, al día siguiente desayunamos barbacoa que se quedó toda la noche cocinándose en una olla eléctrica
y gozamos dentro del agua desde tempranas horas, solo me daba un poco de tristeza al ver el guapo carro con la retaguardia desprendida.

Por la tarde D... y yo nos regresamos a Delicias, fuí con el "hacedor de milagros" para reparar el alerón que quedó listo al día siguiente, despues de un pequeño trabajo en fibra de vidrio para reparar las partes rotas. En cuanto el auto estuvo guapo subimos maletas, llenamos el tanque y sus llantas comenzaron a rodar hacia el sur, destino: Morelia.