Ayer por la mañana tuve que salir a una de las empresas para las que trabajo, había que arreglar un problema con un sistema de comercialización y ver algo sobre un sistema de nomina, uno de mis compañeros me pidió que lo acompañara para terminar mas rápido, yo estaba terminando el post y por salir de prisa no se que hice, solo se que cuando hice clic en el botón “publicar” ya había borrado casi todo lo que escribí y así lo publiqué.
Iba en que estuve a punto de pelearme en la sala de computo y aquel wei, al ver que ya me tenía hasta la madre y que yo empezaba la pelea en la zona de la escuela donde mas destrozos podríamos hacer, pues, se rajó, yo solo le dije que si me agarraba a la salida de la escuela, yo lo agarraría la próxima vez que estuviéramos frente a las computadoras. Esto terminó con mis problemas en el CBTis.
Desde niño había yo tenido problemas por mi carácter tan intolerante, pero de niño no pasan las cosas de una pelea afuera de la escuela o cosas por el estilo. Cuando estaba yo en el tec, tuve problemas por no saber quedarme callado, por saber “respetar” a quienes están por encima de mí. Tuve pleito con un profesor, el dice que hasta intenté golpearlo, yo solo le hice ver que cuando el faltaba al trabajo todos nos atrasábamos pero a el le seguían pagando por disfrazar sus faltas como “comisiones de trabajo”, pero en cambio, cuando yo faltaba, solo yo me atrasaba, tenía que conseguir los temas y estudiarlos para comprenderlos, que si el pretendía llamarme la atención por faltar a su clase, entonces el tampoco faltara a clases. Terminé saliéndome de la licenciatura cuando solo me faltaba aprobar un examen con el y cursar otras dos materias.
Aquí en Juárez una vez me siguió un Judicial solo porque le menté la madre, pude escaparme entrando a un fraccionamiento con trazo de laberinto que yo conocía pero al parecer él no. En el Chamukos estuve a punto de pelearme con un gorilón como de dos metros y cincuenta kilos más que yo, afortunadamente un compa de la PGR que allí estaba se dio cuenta y se hizo cargo del asunto. Un amigo de mi padre una vez me vio discutiendo con unos policías que pretendían arrestarme por traer latas vacías de cerveza en mi auto, tuvo que pagarles a los policías para que no me llevaran pero yo con mi coraje prefería que me arrestaran para poder seguir insultando a esos pendejos. Cuando veo el cabezado de Zidane, pienso que así es como actúo yo cuando me enojo.
He corrido con suerte porque conservo mi dentadura original, no he pisado los separos de previas, he recibido amenazas hasta de muerte pero nunca las han cumplido, hace muchos años que no me veo involucrado en una pelea, pero siempre he querido controlar mi temperamento, ser menos impulsivo, razonar antes de actuar.
Este fin de semana, cuando iba camino a Delicias, a Dama se le antojó tomarse unas cervezas cuando ya nos faltaba poco para llegar, íbamos por la salida de Chihuahua y entonces, llegué a un Oxxo que se encuentra casi saliendo sobre la ave. Juan Pablo II.
Llegué a la caja y como acostumbro hacerlo aquí en Juárez, pedí a la cajera que me cobrara un seis de tecate twist.
-Tomelo del refri- Me dijo sin siquiera levantar la mirada, yo fui, agarré mis cervezas y regresé a la caja. Acá en Juárez, primero se paga y luego un empleado se encarga de entregar las cervezas. Cuando me disponía a pagar:
-No trajo envase- Dijo un gordo con cara de webón, tono de maricón y bigote chueco.
-¿Estas no son tecate twist?- pregunté y la cajera y el gordo se miraban como diciendo ¿y este wei que? –Yo pedí no retornables y la señorita me dijo que estaban en el refrigerador.
-No señor, de esas no vendemos.
-Mira wei… yo soy tu cliente y tu eres quien debe encargarse de eso, pero te voy a hacer el favor para que veas que nada me cuesta.
Mientras las guardaba me di cuenta de que estaba soportando bastante bien la situación, pero la prueba todavía no terminaba…
-Las va a quebrar y tiene que responder...
-Mira pendejo, la que quiebre la pago wei…- Le dije mientras tomaba una botella en mi mano derecha y mis instintos me incitaban a estrellársela en la frente y romper el fondo de la otra botella que sostenía en mano izquierda y utilizarla como arma punzocortante. Respiré tres veces, solté las botellas y las dejé sobre el suelo, el seis de tecate de lata sobre el mostrador, -Chinga tu puta madre gordo pendejo – fue mi ultima frase y me fui de la tienda. Los clientes miraron al gordo pendejo que iba rumbo al almacén y allí terminó el encuentro, pero volveré…
Yo no quise actuar por impulso y de verdad me costó mucho trabajo no hacerlo, no agarrarme a golpes con ese gato de almacén, no utilizar botellas rotas como armas, no intentar voltear los anaqueles y hacer un desmadre en la tienda.
Tengo preparado el retorno, tengo preparada una pequeña venganza cada vez que pase por esa tienda, pero no actuando con ira desmedida, sino con el dulce placer de chigarle el alma a ese panzón, a Dama le ha gustado mi idea y está dispuesta a colaborar… creo que estoy aprendiendo algo… algo que he escuchado antes pero ahora empiezo a comprender, la venganza es un plato que se sirve frío, lo que no sabía es que empieza a disfrutarse desde mucho antes de servirla.