Ayer aquí estuve chambiando,
hoy de nuevo aquí chambiando...
Sin atormentarme ni nada, el día está demasiado tranquilo, no suena el teléfono, no llegan tantos correos, hay tanta serenidad que es mas sencillo concentrarse en el trabajo, solo se escucha el sonido de tres teclados y uno que otro click.
No pude ir a Delicias, el pescado frito tendrá que esperar, afortunadamente solo tiene que esperar un poco, pues tendré libre el próximo sábado y desde el viernes agarro carretera para llegar a eso dela media noche.
Mis visitas a la tierra de los algodoneros son muy cortas, así que el domingo por la tarde estaré de regreso disfrutando del desértico paisaje de la carretera que atravieza Chihuahua, probablemente mi mujer se quede unos días en casa de sus padres "disfrutando" de sus achaques y yo tengaque dormir solito algunas noches de estas que todavía se sienten frías.