La última ocasión que perdí de vista mi tarjeta de crédito fue en un restaurante donde se come muy rico aqui en Juaritos, "Parador Tomochi", disfrutamos de unas enchiladas rojas, un corte que no recuerdo cual era, cafesito de olla y la suculenta tarta de manzana calientita mientras escuchabamos un cuarteto cantando "si, si, sí", "total" y algunos sones.

Si... cometí el error!
Pagué con mi tarjeta de crédito y deposité en el mesero mi confianza... y mi dinero.

Hoy, llegando a la oficina me conecto de volada al banco por internet, checo el estado de mi tarjeta pensando en bajarle un poco a la deuda que tengo con BBVA Bancomer y... Ahh chinga'o!!!!
Debo una lana mas de lo que según yo debía.
De hecho... debo mas de lo que mi límite de crédito marca y dejenme decirles que el banco me ha ido subiendo poco a poco (por ser buen cliente supongo) el límite de crédito a uno que equivale mi sueldo de dos meses y otro tantito mas.

Ahora resulta que este fin de semana mi tarjeta salió de paseo, gastó mas de 500 pesos de gasolina cuando mi toyota con 300 pesos a lo mucho queda completamente lleno, decidió gastar en algunas tiendas de El Paso, parece que tambien pasó por una refaccionaria, disfrutó un buen banquetazo en "Red Lobster" y no se cuanto mas se ha paseado y todo esto sin haber salido de mi cartera.

Ya hice bloquear la tarjeta, solicité una aclaración de esos cargos que no reconozco y pos obvio que me regresen mis billetes de plástico de regreso a mi tarjeta y parece que todo va bien hasta el momento.

Por lo pronto les recomiendo algo que yo voy a hacer en lo futuro:
Cuando tenga que pagar la cuenta de un restaurante, sin importar que me vea poco elegante, tomaré mi cuenta e iré a pagar directamente a la caja, sin perder de vista, ni por un segundo, este trozo de plástico bonito que significa que soy una persona responsable y que una institución bancaria me tiene la suficiente confianza como para fiarme la cena (pero cobrándome una buena lana de intereses).