Estaba Julia sentada en un pequeño y viejo sillón, y la pared que se encontraba a su derecha recibía la luz de la lámpara que había encendido casi en cuanto llegamos, Julia, con los ojos cerrados se estremeció ligeramente, luego abrió los ojos levantó coquetamente las cejas mirándonos por pausas a cada uno y nos saludó, ahora era “La Nana” y Julia se había ido un rato quien sabe a donde.

Julia se ve de unos treinta y tantos, “La Nana” que luego nos dijo que su verdadero nombre es Ciriaca es mucho más vieja, platicamos con ella tratando de indagar más sobre ella y nos comentó que la mayoría de la gente la conoce como “La Santa Muerte”.

Nos dijo algunas cosas sobre nuestras vidas… no, para ser más precisos, trataba de adivinar cosas sobre nuestras vidas, todo esto a base de las primeras impresiones, cualquiera puede hacer eso.

Dama y yo llegamos con ella porque mi suegra había ido acompañando a una de sus parientas, quedó de llevarle unas cosas y nos encargó a mi mujer y a mí que le hiciéramos el favor.

Nosotros íbamos solo a ayudarle con el encargo a mi suegra pero nos quedamos a platicar con Julia y ella nos dijo que “La Nana” venía en camino que la esperáramos para platicar con ella y pos nomás por curiosos nos quedamos.

Mucho de lo que nos dijo siento que de plano se lo sacó de la manga, aunque describió bien a la chica con la que tuve mi última aventura tiempo antes de casarme y a algunas otras cosillas también le atinó, algo ha de tener de vidente o de “adivinadora” (no adivina) pero definitivamente, yo nunca imaginaba tener a “La Santa Muerte” frente a mí, platicar con ella y no sentir algo extraño en el aire mas que el vapor de algo que tenía en la estufa a unos metros de allí, olía a comida pero no supe adivinar exactamente que era, recordemos que yo no tengo poderes paranormales.

Ciriaca (La Nana- La santa muerte) no me impresionó. Julia menos, salí de allí preguntándome si de plano soy muy escéptico, estaba frente a una charlatana o La Santa Muerte es tan común y corriente que no asombra ni apantalla ni hace sentir miedito o escalofríos.