El viernes llamaron al celular de Dama preguntando por mí (el contrato está a mi nombre), me mandaron felicitar por ser el afortunado ganador de un premio que me darían si acudía a un evento en un salón del hotel radisson. El sábado le volvieron a llamar para confirmar la asistencia y ella les dijo que si, que allí estaríamos y le dijeron que podíamos ir por la tarde de 3 a 7.
Acudimos, llenaron unos datos de registro en la recepción del evento preguntaron si tenía yo tarjeta de crédito vigente y que las mostrara por favor cosa que hice sin permitirles tocar siquiera mi pedacito de plástico con el que me fían en varios lugares.
Nos pidieron que esperáramos y momentos después salió una joven güerita, muy sonriente, de buena figura y agradables facciones. Nos informó que ella sería nuestra anfitriona y nos daría nuestro premio después de promocionar los servicios que ofrecían.
Nos hicieron pasar a un salón donde había mas de treinta mesas, donde en cada una, un anfitrión platicaba con matrimonios, parejas y unas cuantas personas que asistieron solas.
Primero nos preguntó sobre nuestros ingresos y cosas por el estilo, como para ver si tenemos la capacidad de crédito y de pago, y pues, les conté la meritita verdad. Luego nos echaron un rollo mareador sobre servicios turísticos que ellos ofrecen, descuentos desde el 3% al 25% en reservaciones de aerolíneas y hoteles de todo el mundo, todo esto mientras elogiaba el abrigo de Dama, mientras nos decía que le encantaba la pareja que formamos, mientras me miraba y me sonreía cuando Dama se descuidaba, mientras le chuleaba el arreglo de uñas a Dama, haciendo uso de toda la labia posible.
Ofrecían cosas hasta difíciles de creer y que me dibujaban sonrisas en mi sincera carita al imaginarme en Cancún en una albercota hermosa y rodeada de jardines, mientras me echaba una copita de champán acompañado de mi amada y pagando solo 500 dolaritos por tres días y cuatro noches en un paquete todo incluido donde no se pagan los consumos ni en comidas, ni snacks, ni bebidas y aparte volando con un descuento del 25% para llegar a ese paradisíaco destino.
Lo único que se necesitaba, era afiliarse a un club de afortunados viajeros en el cual se pagan 1100 pesitos mensuales (durante solo diez añitos) que van formando parte de un ahorro para cuando uno decida viajar, es decir que si he pagado cuatro mensualidades he ahorrado 4400 pesitos, y si quiero hacer un viaje a México y me cuesta 10,000 solo debo pagar la diferencia, es decir unos 6600 pesitos, aparte de que me van a conseguir tarifas pequeñísimas en el vuelo y descuentos en el hotel, con lo que puedo ahorrarme otra lana.
Al final del discurso llego la hora de la verdad…
-¿Qué le parecen las ofertas y promociones que le estamos ofreciendo?
-Maravillosas
-¿Le gustó la idea de viajar pagando mucho menos de lo que ha pagado en viajes anteriores?
-Claro que sí, me encantó!!
-¿Le gustaría para empezar hospedarse gratis en un hotel (no recuerdo cual) durante tres días y cuatro noches?
-Si… si me gusta la idea, sería genial.
-¿Lo paso con el gerente de ventas del evento para que firme su contrato?
-no.
La güerita Vianney intentó convencernos pero como no pudo llegó a ayudarle el gerente. Nos echó el mismo rollo y llegaron las preguntas finales, todas las respondí como él deseaba que las respondiera, excepto la última, “no gracias, no quiero firmar ningún contrato”.
Las sonrisas y simpatías se les borraban mientras yo les decía que como se les ocurre pretender que le firme un contrato a una compañía que no conozco, de la cual no tengo referencias, por unos servicios intangibles de los cuales no se si hay usuarios agradecidos o inconformes, además de ser un gasto que no teníamos contemplado y que debíamos analizar con calma, no pudieron entender mi argumento, cualquier contrato lo firmo siempre con la cabeza fría y no bajo la emoción del momento.
Intentaron persuadirnos ofreciéndonos los servicios de afiliación gratis y que además todas las ofertas eran aplicables solo a ese día.
Les respondí que ni aunque me lo ofrecieran gratis de por vida les firmaría un contrato sin pensarlo, si discutirlo con mi mujer, analizarlo e investigar las referencias de la empresa.
Les ofrecí investigar sobre los servicios que ellos ofrecen y sobre su empresa y si me convencía luego me afiliaría, aunque perdiera las ofertas del momento, al cabo no tengo prisa ni estoy pasando crisis económicas.
Se quedaron con unas carotas de frustración e intentando disfrazar el mal momento que les hicimos pasar detrás de unas mascaras de sonrisa, nos fuimos Dama y yo muy divertidos de los papelitos que hicieron y de todas formas nos regalaron una camarita digital medio chafita pero que sirve de webcam.
Nos fuimos a festejar que nos dieron un regalito, que también nos dieron la oportunidad de conocer ese tipo de eventos, festejamos en “El chivo bronco” con una parrillada de carnitas de cerdo, chicharrones, tortillas de maíz hechas a mano, varias salsas y aguacates, acompañado todo eso por una cubetita de dos equis, nos sobró casi medio kilo de carnitas que pedimos que nos las pusieran para llevar, fuimos a casa de mis padres y se las recetaron mi hermano y mi papá… y solo pagamos 150 pesitos, eso si es una oferta.
PD. Llegando a casa entré a la Profeco por internet y busqué información sobre servicios turísticos… el resultado de mi búsqueda lo pueden ver haciendo click aquí o en el comentario que pondré en unos momentitos a este post.