Hace unas semanas Dama se encontró a una amiga de hace muchos años y tenían mucho tiempo sin verse. Ella es una chica agradable, su marido es muy sociable y me cayó bien, tienen un hijo de siete años pero no lo pudieron traer porque parecía que empezaba a resfriarse.
Ellos nos visitaron este fin de semana, Dama los invitó a visitarnos cuando anduvieran ellos por estos rumbos y le tomaron la palabra estos días que anduvieron de compras en El Paso. El viernes llegaron ellos ya de noche, el sábado tempranito ellos se fueron de compras solos porque nosotros no podíamos acompañarlos, en la noche nos fuimos al (bar) Kentucky a echarnos unos tragos y platicar, después dormimos menos de tres horas porque el domingo íbamos saliendo hacia El paso para irnos los cuatro de compras.
Cruzamos el puente en menos de veinte minutos y antes de las ocho de la mañana ya estábamos de aquel lado, primero nos fuimos a las segundas de Azcarate, a buscar un guante de beis para mi suegro, porque entre la lista de cosas que quiere de regalo incluye en un guante usado para que esté blandito, no lo encontramos.
Luego seguimos a tiendas de ropa, juguetes, perfumes, electrónica, lencería y zapatos, para lo que anduvimos en Sunland y el centro de El Paso.
Regresamos a Juaritos, ellos empacaron todas sus cosas y a las cinco de la tarde iban saliendo de regreso a Delicias con la caja de su troquita llena de regalos, les llamamos unas horas después y nos dijeron que afortunadamente en la aduana les tocó luz verde y pasaron con todo su cargamento sin tener que utilizar los pocos dólares que habían guardado por si se requería una mordida fiscal.
Cambiando de tema, vamos al título del post.
Llegamos a 13
Para quienes son nuevos lectores de este su blog, dejen les cuento que hace unos meses en unos cuantos post’s hice un resumen de mi vida, en uno de ellos escribí lo siguiente:
“Pero, el 10 de diciembre de 1993 no puedo olvidarlo porque ese día mi corazón dejó de pertenecerme y porque desde ese día no he conocido mujer que me haga sentir lo que siento por mi mujer…”
“yo me armé de valor y le dije tratando de que no me temblara la voz que me moría por darle un beso y que para eso necesitaba que ella fuera mi novia y ella respodió sin palabras, solo dándome el beso que yo deseseaba, nos abrazamos y nos fuimos caminando por el mundo con nuestra nueva historia de amor.”