En el asiento vecino, del otro lado del pasillo una mujer estornudó y yo obviamente dije "Salud" ella me dió las gracias, sacó un kleenex, se limpió cuidadosamente la nariz y se estremeció violentamente.

Eso me sacó de onda pero seguí leyendo la revista de viajes que estaba frente a mi asiento.

Pocos minutos después, la mujer estornuda de nuevo, saca un kleenex, se limpia cuidadosamente la nariz y se estremece violentamente en su asiento.

A mi se me hizo muy raro.

A los pocos minutos, estornuda de nuevo, saca un kleenex, se limpia cuidadosamente la nariz y de nuevo se estremece violentamente.

Ya no pude aguantarme la curiosidad hasta llegué a pensar en alguna epidemia de la que ella se contagió y pensé
algunas otras cosas paranoicas por el estilo... y mejor le saqué platica preguntántole.

- Tres veces ha estornudado, ha sacado un kleenex y se ha limpiado la nariz y luego se estremece violentamente. ¿Qué es lo que le pasa? ¿Está usted bien?

Y ella me contestó:

- Discúlpeme si lo he molestado. Sufro de una rara enfermedad que provoca que cada vez que estornudo y me limpió la nariz, tenga un orgasmo.

Su confesión me dejó un poco incomodo, apenado y sorprendido pero traté de tomarlo con naturalidad e hice otro comentario:

-Nunca había escuchado algo así. ¿Y qué está tomando para su enfermedad?

La mujer sonríe y me dice sin pena...

- Pimienta.