Un balde de agua fría iba cayendo sobre nosotros sin darnos cuenta. Hasta que de pronto las ultimas palabras fluyeron y sentimos el escalofrío al recibir la noticia.
Vamos por partes y para esto me remontaré siete años y medio hacia atrás, recordando mis primeros días en Juárez, estaba yo buscando trabajo pero para eso necesitaba una carta de recomendación de mi anterior empleo, le llamé a mi ex patrón y le pedí que me la enviara por fax, que yo mas tarde le llamaba para darle algún numero donde pudiera enviarlo. Mi ex patrón conocía al gerente de sistemas de un grupo de empresas del ramo agroindustrial que aquí tenía sus oficinas, me dijo su nombre, la dirección en que se encontraba y que por la tarde fuera a recoger mi carta-fax a ese lugar.
Llegué y después de esperar un ratito me hicieron pasar con el gerente, me presenté y le indiqué el motivo de mi visita y me dio dos noticias: una buena y una mala.
La mala era que no me habían enviado ningún fax, la buena que ese señor ya me conocía aunque yo no lo recordaba.
-Usted es Renoreins… ¿el que trabajaba en Agroplus con el ing. R.R?- me preguntó aunque de antemano ya sabía mi respuesta.
-Si, soy yo, ¿Lo conozco yo a usted? – siempre he sido rete malo para recordar rostros y nombres.
-Pues tal vez no, una vez visitamos a su patrón y usted estaba trabajando en un rincón, solo nos vimos un momento ¿usted desarrollaba un sistema para ganado?
-Si, eso estaba haciendo pero me vine a vivir a Juárez y ando buscando trabajo.
El caso es que el gerente me ofreció trabajo, me pidió que volviera mañana para consultarlo con la contraloría pero que muy probablemente le dieran luz verde pues necesitaban alguien con mi perfil, así que al día siguiente le llevaría mis papeles y documentos, pero, por si acaso yo todavía necesitaba mi carta de recomendación me indicó que mañana cuando volviera el me daría una, donde contaría la “mentirilla” de que yo había trabajado con él y que me conocía de hacía varios años.
Mi puesto fue autorizado y pasé los exámenes necesarios, unos cuantos días después ya estaba yo trabajando en esta empresa como “analista programador” con un sueldo mayor que el que iba a ganar en “Smart”, con un horario mas flexible y sentadito en una oficina frente a una pc. Corrí con mucha suerte.
El Gerente, ósea mi jefe inmediato resultó ser una persona de un trato excelente, muy inteligente, con visión del rumbo que debía tomar el departamento de sistemas y con un carisma y personalidad muy fuertes. Me dio unas semanas para aprender y estudiar un poco sobre el lenguaje de programación que ellos estaban usando y al mismo tiempo me asignó el primer proyecto: un sistema de inventarios que actualmente se sigue usando en Juárez, Chihuahua y Obregón.
Poco tiempo después de implantar el sistema mi sueldo se duplicó, ahora ganaba cuatro veces mas de lo que ganaba en Delicias y ahora estaba empezando a estudiar los requerimientos para el nuevo sistema que tenía sobre mis hombros, un sistema de control de ganado lechero, completito, un software muy, pero muy grande para ser principiante y hasta para ser experto, por la magnitud del sistema y debía desarrollarlo yo solito cuando los sistemas similares comerciales son desarrollados por equipos de grandes empresas gringas o de Israel.
También me asignó pequeños sistemas para el ganado, sistemas para capturar eventos en campo y por lo que tuve que aprender a desarrollar para Palm’s y dispositivos portátiles con Windows mobile. He crecido mucho profesionalmente dentro de esta empresa, pero, se lo atribuyo principalmente a mi jefe que ha confiado en mi capacidad y aunque soy lento como un caracol al final entrego productos bien elaborados.
De mi jefe puedo decir solo cosas buenas, ha sido el mejor jefe de trabajo que he tenido y dejen les presumo que nunca he tenido uno malo. Pero este señor de plano sabe como tratarlo a uno, retarlo para ser mejor y mas eficiente y deveritas que ya no se ni que decir. En estos momentos estoy triste y tengo un revoltijo de sentimientos entre miedo, desconcierto, admiración, añoranza, gratitud y tantas cosas que me hacen mirar hacia el frente y solo ver un camino nublado como el cielo que ahorita nos cubre.
Hace poco tiempo platicaba con mi esposa y le comentaba que si “nuestro jefe” (del depto de sistemas) se iba, o nos íbamos a quedar sin trabajo todo su equipo o de plano solitos íbamos a ir renunciando. Pues, ahora a ver que pasa, porque el mejor jefe que he tenido nos acaba de anunciar que esta es su última semana trabajando con nosotros, nos presentó a quien será nuestro nuevo jefe y ahorita está empezando a desocupar su oficina.
Al parecer es por sus múltiples diferencias con los directivos del grupo y ahora nosotros, los diez elementos que conformamos el departamento de sistemas conocemos a quien será el nuevo gerente y es una persona muy capaz, mas cercana a la dirección y que conoce los proyectos que llevamos. A ver que pasa, pero, hay incertidumbre, mucha incertidumbre.